21 CONFERENCIA, DESARROLLO LIBIDINAL Y ORGANIZACIONES SEXUALES

REGISTRO DE LECTURA

21 CONFERENCIA, DESARROLLO LIBIDINAL  Y ORGANIZACIONES

SEXUALES (1916-17).

Sigmund Freud. Vol. XvI. Amorrortu.

Se continúa con el cuestionamiento planteado y se asegura que sexualidad y reproducción no coinciden, eso lo prueban las perversiones que desmienten esa definición tan equivocada. Ellas no tiene objetos ni metas de la sexualidad, pero pese a ello legan al orgasmo, las personas “normales” también tiene rasgos perversos y esto lo podemos evidenciar  en los besos, la masturbación entre otros.

En la  perversión hay dos cosas que me parecen interesantes y son el que por un lado se les condena, aborrece y  juzga y por otro lado  hay una envidia secreta por quienes la gozan, algunos elementos de la perversión son:

-los perversos pagan un precio muy alto por  la satisfacion, que con tanto trabajo conquistan.

-Entre la práctica  sexual normal y la perversión hay una estrecha línea, ya que un beso podría ser un acto perverso.

- En la perversión se deja de lado el acto sexual al servicio de la reproducción, y esto es lo que lo diferencia de lo normal, de sus metas sexuales.

-  En las perversiones se alcanza un orgasmo genital aunque no por la unión de los mismos.

Encontramos como desde el tercer año de vida del niño, ya empieza a excitarse los genitales y sobreviene un periodo de satisfacción genital;  hay presentes una serie de manifestaciones como elección del objeto, celos, preferencia por determinadas personas. A esta edad la sexualidad muestra mucha semejanza con la del adulto,   se diferencia por la falta de organización fija bajo el primado de los genitales, por los rasgos perversos y por la intensidad mucho menor de la aspiración en su conjunto. La  vida sexual;  la función libidinal no emerge como algo acabado,  sino  que recorren una serie de fases  sucesivas que no presentan el mismo aspecto; y que son la oral, la anal, la fálica y la genital.

El primer objeto  de los componentes orales de la pulsión sexual es el pecho materno, la que más adelante sustituye por un lugar del propio cuerpo, se vuelve auto-erótica, como lo son desde el comienzo  las pulsiones anales y las erógenas. Al abandonar el autoerotismo y cambiarlo por uno ajeno que se vuelva único, convirtiéndose en un cuerpo parecido al propio. Al ser la madre el primer objeto de amor, el niño empieza un trabajo psíquico de  represión, el cual ha sido llamado dentro del proceso de esclarecimiento psicoanalítico de la neurosis, complejo de Edipo.

El Complejo De Edipo es la etapa donde el niño quiere la madre para él solo, siente una gran ternura y desea casarse con ella,  no la desea compartir con el padre, aunque  siente admiración por él,  al mismo tiempo desea remplazarlo para quedarse con la madre, llevándolo a un estado de ambivalencia; en la niña se manifiesta este complejo al demostrar ternura por su padre, deseando ocupar el puesto de su madre. Otro caso que se puede presentar en el complejo es cuando hay varios hermanos, uno de ellos puede tomar  a una hermana  como objeto de amor,  o unos hermanos por una hermanita menor ya que se  presentan las situaciones de rivalidad.

Una niña en un hermano mayor encuentra el sustituto del padre, quien ya no se ocupa de ella  o por el contrario toma un hermanito menor como sustituto del bebe que en vano deseo del padre. La primera elección de objeto, es por lo general incestuosa, en el hombre se dirige ala madre y hermanas y se requiere de determinantes prohibiciones para contrarrestar esta elección. El complejo de Edipo establecido  por el psicoanálisis es de gran importancia práctica, teniendo en cuenta que en la pubertad cuando la pulsión sexual plantea sus exigencias los viejos objetos incestuosos son retomados libidinalmente. En esta etapa de desvincularse de los padres para convertirse en miembro de la sociedad.

Los neuróticos no alcanzan esta solución, siguen sometidos toda la vida a la autoridad del padre y no están en condiciones de transferir su libido a un objeto sexual ajeno.